A veces estamos tan abrumadas por todo lo que “deberíamos hacer”, que no hacemos nada. Nos llenamos de listas, obligaciones, ideas sueltas, metas enormes… y no sabemos por dónde comenzar. En esos momentos, cuando todo parece demasiado, hay una salida suave, poderosa y transformadora: Empezar por lo más pequeño . Si lo pensamos bien, para modificar o adquirir nuevos hábitos no hace falta una revolución. Hace falta empezar con pequeños cambios y sostenerlos en el tiempo. Sí, por eso que parece insignificante. Ese paso tan simple que casi no molesta. Ese cambio que no da miedo. Ese primer gesto de amor propio. Porque lo pequeño no es poca cosa. Lo pequeño es lo que inicia el movimiento. Y así comienza todo! Si te detenés un momento a observar tu día, vas a darte cuenta de la cantidad de situaciones que resolvés sin siquiera notarlo. Hacés un montón. Te cansás. Pero al final del día… sentís que no lograste lo que querías. Estuve ahí. Sé lo frustrante que se s...